
Mi primo Beto hace un tiempo atrás me preguntaba si en todas estas experiencias que relato había tiempo para el amor, para cuestiones del corazón... Y yo digo que sí, seguro que sí.
Aqui me apasioné por la Capoeira... por su gente... por Macondo, por CUICA, Soy amante del coco... de la samba... de tantas cosas. Nando Reis, Lenine, Cassia Eller, Nati Ruts, feijão y feijoada... Cocadas... Quentão... Abacaxí... Requeijão... Prestigio...
Llegué hasta aqui llena de amor y de amores... nuevos, recientes y viejas historias que viajan conmigo, creo que algunas para siempre, como señales indelebles de lo que soy pero sobre todo de lo que quiero ser... Esos amores que son tan grandes que se fortalecen en la amistad más simple...
Y durante mi estadia en Santa Maria volví a sentir, hace un tiempo atrás, que era posible de nuevo enloquecer por amor, perder la cabeza, los sentidos... sentir intensamente hasta anestesiarse uno mismo en tanta locura... Desde mi separación con quien fue mi pareja, eso para mí era imposible... Pero estaba vivo adentro del cuerpo, sólo habia que regar esa semilla siempre dispuesta a florecer
Fue una experiencia maravillosa, recordar que podia de nuevo, que podía más... después de haber amado y haber perdido eternas noches en lágrimas, otra vez amaba... sólo que empezaba sabiendo que aquello desaparecería en semanas. Un avión se llevaría de aquí la persona fisicamente, pero quedó atada a mí... en la historia, en esto que escribo hoy...
Despúes, la calma... la tranquilidad de saberme de nuevo más entera, más mujer, más humana... Y de esa exaltación viene lo mínimo, lo más cotidiano... donde la magia aparece de nuevo, ahí en el gris de la mediocridad diaria, alguien nos hace vivir de nuevo infinitamente... Así llego él a mis días aqui en Santa Maria... Antes que regresase a Argentina... y con mi retorno a esta ciudad la historia de alguna manera fue creciendo, pero desde esos lugares comunes que hacemos rutinas, con él se hacen creativos....
Así que con el corazón feliz, cuidado y protegido anduve por esta ciudad y camino... Con algunos problemas de comunicación ahora, sin saber si es porque hablamos lenguas distinas (español yo , y portugués él ) o porque hablamos lenguajes diferentes desde lugares distintos, que no siempre se pueden aproximar...
Es que de tanto ir a la fuente el cantaro se rompe.... De tanto ir al bar, a Macondo... Daniel (uno de los dueños) y yo rompimos hielos y distancias y nos encontramos en pequeños munditos... distantes de la cotideaneidad de la ciudad.
Y lo comparto ahora porque soy miedosa y reservada en estas cuestiones...
De alguna manera él viajaba por mis mundos y va conociendo a la gente para la que escribo estas palabras, pero él estaba en las sombras, cuando es una de las personas que más luz deja cuando pasa cerca de mí y comparte conmigo lo efímero...
Y la vida es esto también, pasajes, puertas que se abren, uno camina por sus cuartos y se va... o vuelve al lugar de donde partió...
Porque este amor por Daniel no coloca a la sobra otros amores, otras pasiones... Sin embargo hoy elijo a Daniel, lo elegí hace un tiempo y lo vuelvo a elegir ahora... con su calma, su voz clara... su humor y su sarcasmo... su mirada tranquila pero intensa... Su incansable ejercicio de hacer cosas que me divierten... sus historias de infancia... su pasión por la música... él, tal cual lo puedo hoy sentir...
Si, hay tiempo para estas experiencias, siempre tenemos que darnos el tiempo de amar, a otros y a nosotros mismos, sino estamos muertos...
Me acuerdo del Tato Iglesias que dice que mientras más hace el amor, más siente que puede hacer la revolución... Si Tato, también creo que es así...
Aqui me apasioné por la Capoeira... por su gente... por Macondo, por CUICA, Soy amante del coco... de la samba... de tantas cosas. Nando Reis, Lenine, Cassia Eller, Nati Ruts, feijão y feijoada... Cocadas... Quentão... Abacaxí... Requeijão... Prestigio...
Llegué hasta aqui llena de amor y de amores... nuevos, recientes y viejas historias que viajan conmigo, creo que algunas para siempre, como señales indelebles de lo que soy pero sobre todo de lo que quiero ser... Esos amores que son tan grandes que se fortalecen en la amistad más simple...
Y durante mi estadia en Santa Maria volví a sentir, hace un tiempo atrás, que era posible de nuevo enloquecer por amor, perder la cabeza, los sentidos... sentir intensamente hasta anestesiarse uno mismo en tanta locura... Desde mi separación con quien fue mi pareja, eso para mí era imposible... Pero estaba vivo adentro del cuerpo, sólo habia que regar esa semilla siempre dispuesta a florecer
Fue una experiencia maravillosa, recordar que podia de nuevo, que podía más... después de haber amado y haber perdido eternas noches en lágrimas, otra vez amaba... sólo que empezaba sabiendo que aquello desaparecería en semanas. Un avión se llevaría de aquí la persona fisicamente, pero quedó atada a mí... en la historia, en esto que escribo hoy...
Despúes, la calma... la tranquilidad de saberme de nuevo más entera, más mujer, más humana... Y de esa exaltación viene lo mínimo, lo más cotidiano... donde la magia aparece de nuevo, ahí en el gris de la mediocridad diaria, alguien nos hace vivir de nuevo infinitamente... Así llego él a mis días aqui en Santa Maria... Antes que regresase a Argentina... y con mi retorno a esta ciudad la historia de alguna manera fue creciendo, pero desde esos lugares comunes que hacemos rutinas, con él se hacen creativos....
Así que con el corazón feliz, cuidado y protegido anduve por esta ciudad y camino... Con algunos problemas de comunicación ahora, sin saber si es porque hablamos lenguas distinas (español yo , y portugués él ) o porque hablamos lenguajes diferentes desde lugares distintos, que no siempre se pueden aproximar...
Es que de tanto ir a la fuente el cantaro se rompe.... De tanto ir al bar, a Macondo... Daniel (uno de los dueños) y yo rompimos hielos y distancias y nos encontramos en pequeños munditos... distantes de la cotideaneidad de la ciudad.
Y lo comparto ahora porque soy miedosa y reservada en estas cuestiones...
De alguna manera él viajaba por mis mundos y va conociendo a la gente para la que escribo estas palabras, pero él estaba en las sombras, cuando es una de las personas que más luz deja cuando pasa cerca de mí y comparte conmigo lo efímero...
Y la vida es esto también, pasajes, puertas que se abren, uno camina por sus cuartos y se va... o vuelve al lugar de donde partió...
Porque este amor por Daniel no coloca a la sobra otros amores, otras pasiones... Sin embargo hoy elijo a Daniel, lo elegí hace un tiempo y lo vuelvo a elegir ahora... con su calma, su voz clara... su humor y su sarcasmo... su mirada tranquila pero intensa... Su incansable ejercicio de hacer cosas que me divierten... sus historias de infancia... su pasión por la música... él, tal cual lo puedo hoy sentir...
Si, hay tiempo para estas experiencias, siempre tenemos que darnos el tiempo de amar, a otros y a nosotros mismos, sino estamos muertos...
Me acuerdo del Tato Iglesias que dice que mientras más hace el amor, más siente que puede hacer la revolución... Si Tato, también creo que es así...
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